lunes, 26 de octubre de 2009

(Tempo)




- No tengo reloj - dice Malena -
¿cómo podría trabajar?
No trabajaré. No.
Porque no tengo reloj. -


Malena tampoco tiene
números.
Una amiga se los presta
y cuenta:

cinco, seis
seis, cinco, cuatro
cuatro, seis, cinco.

Malena va y viene
en espiral.


No tiene tiempo
para el oro
por eso no tiene trabajo.
Malena no tiene dinero, ni reloj
ni minutos.


Malena duerme sin tiempo
todos los segundos que puede.
Pinta en la eternidad
sin regla
a pura risa.


Malena nació y le dieron
una flecha.
Jugando la dobló
y como a una escultura
la expuso
en su mesa de luz.



A partir de ahí,
esa, fue su reloj.

viernes, 23 de octubre de 2009

Oda a los Farsantes





Hubo y habrá invariablemente, en esta tierra, tal como la conocemos:


Crueles caballeros, de aspectos frágiles o graciosos,
de sombrero alto o simples tenderos; perezosos y atléticos.
Truhanes, modestos, buscavidas, bellos.
Hechiceros, médicos, torturadores, campesinos, cirqueros.
Maricas de doble vida, militares encendidos, peleles precoces.
Púberes, congéneres, ancianos.
Delincuentes y señores de alta casta.
Trapeadores, vigilantes, sastres, astrólogos, constructores.
Amenizadores, contendientes, fabuladores, parlanchines, mudos,
inquietos, depresivos, intolerantes.
Padres, no padres.
Generosos, mezquinos, atorrantes.
Aguafiestas, reprimidos, asquerosos, pervertidos.
Pensadores, lame-culos, incipientes para todo, mozos, barrenderos,
lava-copas, saca mierdas, políticos, golondrinas, molineros.
Maestros, plomeros, mecánicos.
Insensatos, buenudos, amables, intrigantes, desastrosos,
de jolgorio, de soledades.
Eufóricos, mal vivientes, trabajadores, ambulantes,
conductores, deportistas.
Del arte, de las artes,
religiosos, incrédulos, ateos, farsantes, dioses, mano chantas,
perversos, golpeadores, alquimistas, artesanos, fabricantes.
Del campo, en la ciudad.
Cosechando uvas, escribiendo libros.
Cocinando exquisiteces, haciendo monerías.
Jugando al polo, al truco, al fútbol, al críquet.
Relojeros. Amantes, esposos.
Galantes, machistas, descorteses, fogosos, temperamentales.
Tibios, cínicos, de querer, despreciables, inhumanos.
Juguetones, risueños, formales, delirantes.
Afectos a los vicios, rectos, prejuiciosos.


Todos hombres. Todos, farsantes.
Siendo lo que no son, haciendo por la misma causa:



Mujeres.


Hombres, queridos
hombres.
Buscan escaleras para llegar al cielo.
Peldaño por peldaño
nos atraviesan.
Los escupimos,
los vomitamos
con desgarros de tejidos y alma.
Se nos suben
por las tetas,
recorren, si acaso,
espalda, muslos y nalgas.
Trepan por las trenzas
toman envión
apretando manos - mujer
y apoyando las suyas
sobre nuestras sienes,
por la cabeza.
Ponen los pies, rasguñando
torpemente
narices.
En seguida, bajan
y nos abrazan.
El cielo no estaba ahí.
No somos escaleras
somos cielo.
Hombres, queridos
hombres.