sábado, 27 de noviembre de 2010

Vigioniria VII

Perfecta. No
no es.
Imperfecta
es la luna
y bella.
Tanto como
mis óvulos azules
bochas
dominadas,
azarosas
jugando
a la ronda lunar.
Cicla con el sol
por eso
hay amarillo
de luz.
Calor dorado
de incubación.
Anido,
empollo
ideas y carne,
sangre y pelos.
A voluntad.
Ilusión Real Ilusión.

Vigioniria VI

Versos
cercanos a la muerte.
Y no la pienso.
Sumisa
como una farola
que tarda
en encenderse,
me cubro
los brazos regordetes.
Son de una mujer
- me digo -
una mujer no maravilla.

VigioniriaV

Enhebro rubíes
como lo hiciera
un poeta antiguo,
muerto.
No me averguenzo
por lo romántica
ni siquiera
por nada.
Absorta
observo a Morfeo.
Se hace dueño
de mi cuerpo.
No puedo escribir
con estos párpados
que de tanto cerrarse,
duermo.

Vigioniria IV

No hay como la noche
para recibir
musas.
Quieta, mansa,
tal vez estrellada
y sin embargo
tumultuosa,
secreta,
mágica,
diosa.

Vigioniria III

Pinto y
entonces puedo escribir.
Pues la mano,
libre de palabras,
danza
con los colores
de la madrugada.

Vigioniria II

Secas las pinturas,
duros los pinceles,
cansada yo
y es el escritorio revuelto.
Cierro los párpados,
bostezo
y me dejo caer
con los truenos
que me llevan en andas
hasta la cama
y veo,
como último reflejo,
el destello
de la mañana.

Vigioniria I

Dejo que tu rosa
se seque.
Hasta el extremo.
Sus pétalos yacen
en racimos
endurecidos,
pétreos.
Tu rosa,
es ahora
aún más rosa.
Ella, sola,
ha querido
conservarse
inmutable,
perecida.
Fiel.

La hora

Triste. Triste. Triste,
pues la verdad
no puede ser negada.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Uterania o Uteranía



Libre de libertad
y de taxi.
Hay espacio
para alguien.
Nada. Vacío.
Libre de libertad
y de taxi.
Coágulo que
vive, nace y muere.
leche    /  niño/    esperma

No sabía si eran úteros llenos
o lunas uterinas.
Tiempo.
Un tiempo otro.
Bolas Lunas
de cristal.
Otras lógicas.
Roja la vulva, hinchada.
Estrellado útero.
Deseo ver
en amarillo,
de luz.
Ojos y oídos
y narices
hay en el estallido
de jugos.

Universo lácteo personal.
Olas hembra.
Diosa Madre
de útero, clítoris
y vagina.
Se me revela
su imagen
coronada de estrellas.
Hay lunas oscuras,
azules.

Tridimensión
del creo.
Y ensayo
y ¿error?
En el pequeño
universo lácteo
hay una Vía Madre,
están:

la duda
el olvido
lo eterno

Espero pasiva,
recibo.
Creo,
engendro
en el río y rio.
Celebro,
asumo, acepto
limpio y crezco.

De cómo este poema se concibió primero en imágenes...

martes, 2 de noviembre de 2010

Bienaventuradas



Bendito sea mi clítoris

y el de todas las mujeres.

Me abandono al placer

sin control.



Ni siquiera me aferro

a la vida.



Autorizarse el gozo,

gemir con todo

el cuerpo.



Lanzarse al vacio

con brazos

y piernas abiertos.



Retorcerse de alegría,

dejarse en los gestos,

vaciarse de egos,

y en cada aliento

fundirse, diluida

en agua, en aire.



Transmutarse

entre el fuego de los

cuerpos.



Crear y

Ser al mismo no-tiempo

receptiva.



Llegar al éxtasis

agotada de amor,

queriendo abrazar

a Morfeo,

con las mejillas

rosadas,

embriagada,

ahora ya, devuelta

a los sentidos.



Suspendida otra vez

esta vez sí,

sobre la cama.