sábado, 30 de octubre de 2010

A MI MADRENIÑA, poema de Germana





Me acunan tus palabras de la infancia,


me lamen las heridas, me atesoran,

me hacen Niñamadre en piel de loba dulce,

arrullos que me llevan de la mano,

hacia la Abuela vasca,
hacia la Anciana Sabia

que late irreverente en  todos los jazmines

(sabia-savia de todos los colores,

de todos los perfumes,

de todos los dolores).



Manu madre chiquita de sol en los jardines,

cunita de arroz y palabras,

mecedora tibia,

ronda de caricias que traman los cabellos,

silencio para el cuento que nunca se acaba,

mano en la frente, pases mágicos,

dulce torre de mimos,

muralla de luna y mareas,

ma, mami, madre, mía...




Puedo gestarme mujer en nuestro espejo de nieves:

princesa azul, buscadoras de dragones,

hechicera fragante,

mujer de hierba y fogata,

de risa y zozobra.



Enredadas de estrellas

ovillo interminable

de ríos y de rosas.

Lazos de sangre y seda

acuarelas de diosas.

Madre e Hija

nos parimos,

una y una:

nosotras.



A mi madreniña, donde quiera que me encuentre

A mi abuela Germa, que está en el mar



Germana Martin



(en la foto: arriba Germanita, abajo la abuela Germa

y Manuelita, mi mamá)


¡Gracias a mi hermana Ivana Gisela Álvarez,
por llevarme de la mano y el corazón en las palabras!







.

viernes, 29 de octubre de 2010

Brújula

A mi me gusta caminar

por el medio de la calle,

una de esas laterales

de tierra.

nomás.


De ahí veo si me voy

p´ la izquierda

o la derecha

pues ese, es el nombre

que le han puesto

pero yo

sigo la esencia

solita,

nada más que

del almita.


Nada más que

del almita.




Amo-a-mi-mamá

A Irma



Mi madre habita los espacios

los habita todo.

Comprende

sin teorías

y se infla como un globo

cuando no me dejan ser.



Me cuida

de sus miedos y de los míos.

Sabe de lo que soy capaz

aún cuando todos los demás

han bajado ya, los brazos.

- no comprenden

el camino lateral

que voy tomando -.



Mamá me quiere feliz

y nada más.

Se deshizo tantas veces

de sus egos

para acompañarme

en la travesía de vivir.

Se calló y gritó

todo lo que pudo.



Mamita lo es todo:

su regazo,

y su perfume a flores

y frutas.

Es mi maestra

de mamá:

Ha tejido a lo largo de los años,

una capa larga de hilos invisibles,

sin herramientas,

más que las de su propio amor.



Madre:

Hoy con este poema

soy yo la que quiero

acunarte,

la que quiere mecerte

para que puedas llorar como

hija.

Me lo ha dicho mi abuela

en sueños:

que te hace falta.



La primera vez

que hube de cuidarte,

tuve miedo.

No sabía

que los hijos podían

velar de ese modo por sus padres.

Es que era y soy

tremendamente hija.



Mamá:

puedo acunarte

y llevarte flores de mi jardín.

Regalarte ahora yo,

amparos,

cuando no te dejan ser.

Inflarme.

Puedo darte mis manos

de miel

para que descansen

tus huesos

agobiados.

Sólo espero que lo pidas

porque a veces,

olvido que puedo cuidar-te.



Me deleita que

te gusten las cerezas

y las tortas sabrosas

y las frutas

de todos los colores,

y que comas

las cáscaras

como un conejito.

Pues no me entusiasman

las mujeres maravilla.



Me ilusiona

ver cómo haces arte

con los maquillajes

y cómo defiendes

tus uñas de loba.

Aprendo que se puede

conservar el estilo.



Mujer de paciencia

generosa.

En extremo, dedicada

a sus amores.

Hoy vengo a darte

descanso

en los brazos

de nuestras ancestras.

Recuéstate

sobre los de la abuela Josefa

y los de mamá Ñata.

Ellas me cantaron

tu nombre

y me dijeron

cuánto te aman.



Descansa

sobre mis brazos

que juntas, entonaremos

una canción de cuna

para ahuyentar

los males:

dolores de panza

y monstruos concretos.

Mujer, hoy

puedes

dejar de ser toda mamá

Y ser HIJA.



Soplemos todas

juntas sobre tu útero,

presente,

aliento salvaje.

Reguemos

con bocanadas de

fuego

y agua.

Que se incendie

tu alma de hembra

y sucumbas

a la mujer-sabia

a la que ya, has tomado

de las manos.



Hoy, te acunamos

todas

para que llores

y limpies.

Para que respires

profundo

y sueltes carcajadas.

Te visitarán las diosas

y reiremos y cantaremos

¡Todas!



Octubre 2010

miércoles, 6 de octubre de 2010

dis-tintas



y las rosas
y los cielos

siempre inevitables
provocando la dicha
el insolente deshielo
de los corazones
y las primaveras
pero vos y yo
descendiendo contracorriente
a ras del aire
a tientas
sin velos ni ademanes
deslizando el roce del abismo
mariposas atrapadas
hasta el fondo del ser
donde te leo y me miro
y aún así no despierto
sólo este equinoccio a contramano
que no desamordaza el grito
ni siquiera un húmedo bostezo
este vuelo solitario y desmedido
ombligo de mi misma
a contra vida
perseguida de soles
y de fuegos


                                        a Ivana Alvarez,

                                        por su poema 21 de septiembre



Ailén Kuyén