Como un gran útero la tierra se desgarra. Me concede indivisas flores abiertas del infinito - que yo comprendo en mi jardín
florecido: puesto que nuestro amor se descubrió por ejemplo, una manzana
una frutilla,o un plátano, maduros - .
El planeta, este mendrugo de tierra
aquí, frente a mi puerta,
se partió.
Cansancio de la convivencia permanente con el apocalipsis. Pestes, demonios, errores y desencantos. Estas no parecen tardes buenas. Pasará. Pero qué pesaroso.
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