domingo, 9 de mayo de 2010

Domingo

Los Domingos con sol me gustan menos que los domingos en que llueve. Lluvia que cae sobre la tierra y limpia como limpian las lágrimas. Me gusta el domingo de cielo gris blanco, de llovizna que deja a los chicos de mi barrio seguir jugando a la pelota.

Siempre me han parecido tristes los domingos, sobre todo los de sol radiante. Para que un domingo sea efectivo en la resolución del ocaso de las penas tiene que acompañar lo que duele y colaborar en la depresión en que uno/a esta sumido/a.

Deprimirse acompañado por el día. ¿Quién puede deprimirse profundamente si el día no lo acompaña?

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