Hace poco explotó mi inocencia resistente.
Me reventó en la cara.
Y por esa grieta herida se me escapa una maldad
que no tenía.
Estancada como el agua de una fuente de plaza
mal querida.
Soy triste, toda triste y vacía.
Y hoy, hoy, mi alma no me asila.
Silenciosa, incompasiva,
hoy, hoy, soy de temer:
Implacable y despiadada.
Ya no seré la misma:
Me he vuelto inclemente, fría
rigurosa, hasta violenta
con tal, con tal
de que no me pases por arriba.
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