viernes, 23 de octubre de 2009



Hombres, queridos
hombres.
Buscan escaleras para llegar al cielo.
Peldaño por peldaño
nos atraviesan.
Los escupimos,
los vomitamos
con desgarros de tejidos y alma.
Se nos suben
por las tetas,
recorren, si acaso,
espalda, muslos y nalgas.
Trepan por las trenzas
toman envión
apretando manos - mujer
y apoyando las suyas
sobre nuestras sienes,
por la cabeza.
Ponen los pies, rasguñando
torpemente
narices.
En seguida, bajan
y nos abrazan.
El cielo no estaba ahí.
No somos escaleras
somos cielo.
Hombres, queridos
hombres.

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