Como un gran útero la tierra se desgarra. Me concede indivisas flores abiertas del infinito - que yo comprendo en mi jardín
florecido: puesto que nuestro amor se descubrió por ejemplo, una manzana
una frutilla,o un plátano, maduros - .
El planeta, este mendrugo de tierra
aquí, frente a mi puerta,
se partió.
Dejo que tu rosa
se seque.
Hasta el extremo.
Sus pétalos yacen
en racimos
endurecidos,
pétreos.
Tu rosa,
es ahora
aún más rosa.
Ella, sola,
ha querido
conservarse
inmutable,
perecida.
Fiel.
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