Como un gran útero la tierra se desgarra. Me concede indivisas flores abiertas del infinito - que yo comprendo en mi jardín
florecido: puesto que nuestro amor se descubrió por ejemplo, una manzana
una frutilla,o un plátano, maduros - .
El planeta, este mendrugo de tierra
aquí, frente a mi puerta,
se partió.
Versos
cercanos a la muerte.
Y no la pienso.
Sumisa
como una farola
que tarda
en encenderse,
me cubro
los brazos regordetes.
Son de una mujer
- me digo -
una mujer no maravilla.
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